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Agnès Varda y el realismo expresivo. Sobre “Cléo de 5 à 7”

-Por Andrea Rosales

 

"La fealdad es una especie de muerte. Mientras sea bella, estaré viva",

dice Cléo mientras se mira sonriente en un espejo.



 Una imagen en blanco y negro de la película "Cléo de 5 à 7", dirigida por Agnès Varda. En el centro, se destaca el rostro de Cléo, interpretada por Corinne Marchand, con una mirada intensa y un peinado elegante. El diseño incluye el título de la película en letras grandes y una breve mención de los actores principales, así como detalles sobre la música y la producción. La estética refleja el estilo visual distintivo de Varda y la atmósfera de la época.
Afiche original de la película "Cléo de 5 a 7" intervenido por Mariné.

 

La directora Agnès Varda es una de las figuras más influyentes del cine francés y considerada el alma de la Nouvelle Vague. Dentro de su filmografía se encuentra la película “Cléo de 5 à 7” del año 1962, que se posiciona en el pedestal de obra maestra, donde se combina realismo expresivo, narrativa en tiempo real y un enfoque profundamente humano hacia la mortalidad. 

Es una película que está marcada por una estructura narrativa inusual, además de una maravillosa escenografía en todo momento. Así, la directora logra transmitir la ansiedad existencial de una mujer que tiene miedo de estar gravemente enferma, contrastando con la cotidianeidad de la vida en París.



Una imagen en blanco y negro que muestra a una mujer con un peinado corto y moderno, vistiendo un elegante vestido oscuro y gafas de sol. Ella se encuentra de pie junto a una puerta de cristal, mirando hacia la cámara con una expresión seria. Al fondo, se puede ver a un hombre con un sombrero, que parece observarla. La composición resalta la sofisticación de la protagonista y el estilo de la época.


 

Un Día de Verano, Una Espera Interminable


La premisa de Cleo de 5 à 7 es aparentemente simple. La narrativa sigue a Cléo Victoire (interpretada por Corinne Marchand), una joven cantante que espera los resultados de unas pruebas médicas que podrían confirmar que tiene cáncer. 

La película transcurre en tiempo real, desde las 5 hasta las 7 de la tarde; se divide en un prólogo y trece capítulos. Esta estructura no solo marca el paso del tiempo de manera tangible, sino que también va mostrando la angustia creciente de Cléo.

Desde el prólogo, filmado en color, se establece un contraste visual con el resto de la película, que se desarrolla en blanco y negro. En la primera escena, la protagonista visita a una tarotista, Madame Irma, para que le lea las cartas, que, por cierto, no le dieron buen presagio. No obstante, la adivina intenta tranquilizarla con la típica frase: "Las cartas pueden significar muchas cosas". ¡Tarde! Ya estamos en presencia del conflicto interno de Cléo y en presencia del interés de Varda por mostrar la psicología de la protagonista mediante herramientas visuales y simbólicas.



 

El Realismo Expresivo de Agnès Varda




 Una imagen en blanco y negro que muestra a una mujer con un vestido de lunares mientras se mira en un espejo. La escena incluye múltiples reflejos en los espejos del fondo, creando una sensación de profundidad. La mujer tiene un peinado elegante y una expresión contemplativa, y el entorno presenta detalles arquitectónicos que añaden un toque clásico a la composición. La imagen captura un momento de introspección y belleza.

Una de las cualidades más notables de Varda es la capacidad de combinar realismo con un estilo poético y emocional. Cuando la película sigue a Cléo llevando a cabo actividades aparentemente triviales —como probarse sombreros, pasear por París o interactuar con amigos y desconocidos—, en cada escena está impregnado el miedo a los resultados de la biopsia.

Esta dualidad entre lo cotidiano y lo trascendental que propone la directora está acompañada de un lenguaje visual muy cuidado y discreto, que le agrega dramatismo a los momentos de tensión. Visualmente, la película es impecable, un acierto la elección del blanco y negro para reforzar el estado de incertidumbre de la joven cantante. 

"No puedo ver mis propios miedos. Pensé que todos me miraban. Solo me miro a mí misma".

Mientras la ciudad de París tiene los ruidos de la vida a su alrededor, la angustiada joven experimenta una sensación de aislamiento. Su ansiedad la lleva a observar a las personas con una intensidad poco común: escucha fragmentos de conversaciones ajenas, como la de una pareja discutiendo o una mujer que se queja del "ruido" de su música en una cafetería. Estas escenas triviales son un reflejo de la desconexión de Cléo del mundo que la rodea.

Hay una escena con un simbolismo muy potente. Durante una caminata por las calles de París, se encuentra con un tumulto de personas viendo a un hombre comiendo ranas y escupiéndolas de vuelta. Las patas de los anfibios, mientras se los pone en la boca, es visto en un primer plano. Desde la primera escena, la del tarot, se aprecia el anillo de Cléo: Una rana con una perla gigante. Su amante la llama ‘Perla’ y ella se considera una, asumiendo su belleza como vitalidad y comparando la “fealdad” con la misma muerte. Así, la rana puede erigirse como la fealdad, la muerte que se rechaza se expulsa.  



 

El Concepto de Mortalidad


En el transcurso de la trama, es palpable la transformación de la protagonista; se produce de manera sutil, pero es visible. En un comienzo tenemos a una figura superficial, casi un estereotipo de una joven cantante pop: coqueta, preocupada por su apariencia y despreocupada de la vida, rodeada de personas que la tratan más como un objeto de admiración que como un ser humano.

En una de las escenas iniciales, la vemos en una tienda de sombreros, probándose diferentes estilos frente a espejos que multiplican su imagen. Esta escena enfatiza su obsesión con la imagen. “Todo me queda bien. Probarme cosas me intoxica”. Sin embargo, a medida que avanza la película, vemos cómo su miedo a la muerte la lleva a cuestionar su vida y sus relaciones. 

En su apartamento, que parece más un escenario que un hogar, Cléo se encuentra con su amante, un hombre de negocios que apenas parece prestarle atención, y con su pianista, interpretado por Michel Legrand. Estas interacciones de la protagonista se revelan superficiales, no se desarrollan como una expresión genuina de amor o amistad.

Dentro de los personajes hay una perlita, la actuación de Jean-Luc Godard, en un papel secundario. 


 Una imagen en blanco y negro que muestra a una mujer con un peinado corto y moderno, vistiendo un elegante vestido oscuro y gafas de sol. Ella se encuentra de pie junto a una puerta de cristal, mirando hacia la cámara con una expresión seria. Al fondo, se puede ver a un hombre con un sombrero, que parece observarla. La composición resalta la sofisticación de la protagonista y el estilo de la época.


 


El Encuentro que Todo lo Cambia


El punto culminante de la película llega cuando Cléo conoce a Antoine (Antoine Bourseiller), un joven soldado a punto de partir hacia Argelia; ocurre en un parque vacío y marca un cambio en el ritmo de la trama. A diferencia de las interacciones previas, que estaban marcadas por la superficialidad, su conversación con el soldado es honesta y humana. El hombre no sabe nada sobre las preocupaciones de salud de la protagonista; sin embargo, su propia experiencia como soldado le permite a la mujer ver una perspectiva diferente sobre la vida y la muerte.

“Mi miedo parece haber desaparecido. Me siento feliz”.

La química entre Cléo y Antoine es sutil pero realista, un ejemplo del enfoque de Varda hacia las relaciones humanas, auténticas y sin grandilocuencias. El soldado la anima a enfrentar aquello que tanto teme, ir en busca de los resultados de la biopsia. El final no es una final en sí mismo; deja un poco de expectativas sobre qué será de la vida de Cléo. Es posible que aquí la directora lo haya hecho tan real como la vida misma, pero sí se concluye como final que la protagonista necesita amor genuino, aun viniendo de un desconocido. 

Mención especial merece la actriz protagónica, Corinne Marchand en el rol de Cléo, que logra una actuación fundamental para representar la dualidad del personaje: por un lado, una mujer artista, frívola, una diva, y por el otro, profundamente consciente de su propia fragilidad. 



Una imagen en blanco y negro que muestra a una mujer y un hombre mirándose fijamente. La mujer, con un peinado corto y un vestido elegante, lleva un collar distintivo. El hombre, vestido con un uniforme militar, tiene una expresión seria. La escena se desarrolla en un entorno al aire libre, con árboles y edificios difusos de fondo, lo que añade un toque romántico y melancólico a su interacción


 


La Influencia de la Fotografía en el Cine de Varda


En líneas anteriores escribí que la película visualmente es impecable; es que Agnès Varda fue fotógrafa, y esa formación se refleja en la composición visual de Cleo de 5 à 7. Pero no solo es lo estético; hay una fluidez comunicacional a través de las imágenes que se puede palpar sin mayores complejidades. Por ejemplo, las escenas en el apartamento de Cléo están llenas de espacio vacío, lo que refuerza su sensación de soledad. Incluso los objetos cotidianos, como un par de gatitos jugando en el fondo, parecen cuidadosamente colocados para transmitir una sensación de banalidad que contrasta con la gravedad de sus pensamientos.

En ese aspecto, a diferencia de otros directores de la Nouvelle Vague, que tienen una estética más audaz y experimental, Varda se centra en las emociones y las relaciones humanas. El uso del espacio y la luz no llama la atención sobre sí mismo, sino que sirve para profundizar nuestra comprensión de los personajes.

La directora francesa no ha sido del todo valorada en comparación con sus colegas masculinos de la Nouvelle Vague, como Jean-Luc Godard o François Truffaut. Sin embargo, su influencia en el cine es innegable, siendo esta película una de las más emblemáticas del movimiento. Particularmente, creo que ni Varda fue consciente de la huella que dejaría con este filme. Realismo expresivo, emociones humanas, todo eso está en Cleo de 5 a 7. Una película sobre la vida, la muerte y todo lo que ocurre en el medio. 



 


Nominaciones y Premios

En 1962 fue nominada para Mejor Película con la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En 1963, ganó como Mejor Película Extranjera en los Premios del Sindicato de Críticos de Cine Francés.


Ficha Técnica


Cleo de 5 à 7. Dirección: Agnès Varda Producción: Carlo Ponti Georges de Beauregard Guion: Agnès Varda Música: Michel Legrand Fotografía: Jean Rabier protagonistas: Corinne Marchand-Cléo Victoire Antoine Bourseiller-Antoine, el soldado Dominique Davray-Angèle Michel Legran-Bob, el pianista José Luis de Vilallonga-el amante Loye Payen-Madame Irma País: Francia Año: 1961 Género: Drama Duración: 90 minutos Idioma(s): francés.



 

 Podes ver la película acá: 👉🎬 👈

Bio

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