¿Como devenir (en) una sinécdoque?: Sobre “El surgente”
Actualizado: 8 dic 2023
Existe el peso de lo real en las palabras que dan acceso a una determinada realidad; y existen, lo sabemos bien, todos los filtros que se interponen entre esas palabras y dicha realidad: la subjetividad, el carácter parcial o limitado del testimonio, las lagunas de la memoria...Apelando a la teorización (muy borgeana) que me parece esclarecedora y que plantea Olivier Caïra: para la filosofía del conocimiento, lo único que aprehendemos del mundo son versiones. Eso que llamamos “mundo”, está constituido por esas versiones.
Joseph Danan, ¿Es necesaria la ficción? Politicidad del teatro performativo, 2021
Una puesta en escena es teatralidad. Es narración que se inscribe en cuerpos y cuerpos que se inscriben, a su vez, en el campo de la performatividad o de la acción. Ese conjunto de formas da lugar a una dramaturgia (o a un concepto de lo dramático) que subsiste, e insiste, en lo real. Para tal caso, hay procesos que denominaremos historias (aunque podría ser perfectamente al revés) que nos llevan a una zona de “falso grado cero” de los actorxs que, en su juego de representación, admiten su verosimilitud en los bordes del relato.
En El Surgente pasa algo que podría estar, perfectamente, dentro del orden del “olvido momentáneo y causal” de la distancia entre actores, actrices y espectadores. La propia escenificación activa imágenes, visualidades, prosopopeyas, recuerdos e imaginarios, (sí, todo eso) que permite a un cuerpo figural y colectivo, (des)anclar las palabras que, una vez empezada la obra, se ven arrojadas chillonas, susurradas y hasta en silencio a los ojos del oído interno, configurando, de esta manera, un catálogo de emociones, pensamientos y gestos de todxs y cada unx de lxs que estamos compartiendo espacio, pero más que eso, también.
¿Qué nivel de realidad hay en la ficción de lo real?
El dispositivo teatral de El Surgente, y la naturaleza de las acciones que encontramos en ella, invitan a sentarse a nuestro lado a las dudas que nos miran desoyendo razones y argumentos en su búsqueda por certezas. ¿Qué tan lejos estamos de lo que miramos? ¿Qué tan cerca? ¿Somos esa especie que se ríe por ser ese frágil e inquieto foyer de la vida? (como lo designa Artaud) ¿Cuánto nos habita y cuánto habitamos, en materia dialógica, que nos termina por enfrentar con esa versión de nosotrxs que no queremos ver? El Surgente es una obra matricial en términos de performance, un juego caleidoscópico, profundamente artístico, filosófico y autónomo. Un espejo donde se asoma, la presencia, y los ecos, de nuestra maldita poscontemporaneidad
Lo que llamo el poder figural del cuerpo es una potencia política clave de las artes vivas que ha sido a menudo desatendida por la teoría, eclipsada por una comprensión de la danza como arte del movimiento y por el teatro observado a menudo por lo real.
Cuerpos fuera de sí, Figuras de la inclinación en las artes vivas y las protestas sociales, Victoria Pérez Royo, 2022
Obras como éstas, son las que corporizan tanto figuras retóricas como preguntas por el ser, el tiempo y el ecosistema o paradigma seudo Artaudiano que los y nos rodea. Piezas que, como en este caso, atraviesan con la acción de la palabra y el poder de la actuación (de estos brillantes actores y actrices, hay que decir) las vivencias o el propio vivir como parte de un conglomerado estopado y universal llamado, al fin y al cabo, vida.
Y sí. Es en un pueblo donde todo debía pasar. Todo, entendido (en realidad) como célula de algo mucho mayor, inabarcable e inextricable. Cada una de las acciones que en El Surgente suceden, remiten a un estado salvaje disfrazado de otra cosa. En donde todxs terminan siendo víctimas de una gran mentira o, como suele decirse hoy, a la (v)era de la posverdad.
El surgente es una obra maravillosamente incómoda y sumamente (i)rreal.
Veanse, veanla.
Mariné Amestoy
Sumergirse en agua o materia densa
no da igual
no da igual.
Espalda con espalda, me atrevo a respirar tu nombre
con miedo pero sin prisa.
De pronto el mundo está por terminarse
y vos no sos yo, ni yo soy vos
y no da igual
no da igual.
Mariné
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FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA:
Libro:Carolina Solari Actúan:sol bordigoni, Santiago Ceresetto, Sheila Lemesoff, Nicolás Meradi, Charley Rappaport, Santiago Vicchi Diseño De Iluminación:Federico Leyenda Fotografía:Martín Paluri Diseño gráfico:Eduardo Cazaubon Asesoramiento artístico:Javier Naudeau Asistencia de dirección:Elizabeth Basovich Prensa:CorreyDile Prensa Producción:Luciana Lamota Dirección:Carolina Solari
Teatro: Patio de Actores, Lerma 568. Funciones: Viernes, 20 hs.