"Creer que la vida importa", seguir escribiendo desde F.A.C.E.
Actualizado: hace 5 días
Por Jezabel Amín
La hoja en blanco. Jugar con las imágenes que aparecen en la mente antes de empezar a mover los dedos de las manos, sentir los pies en las ojotas, las ojotas en relación al piso que nunca termino de limpiar. Me las saco. Son las 7 am del primero de diciembre del año 2024. Recibo este mes habiendo vivido la apertura de proceso del primer año de la Formación de Artistas Contemporáneos para la Escena (F.A.C.E.) en Parque Patricios. Esta vez escribo también como intérprete (no me siento del todo cómoda con el uso de la palabra “performer” todavía).
“Estudio Abierto F.A.C.E. 2024”. El grupo de formación del primer año de F.A.C.E.; después de un año de transitar, convivir, crear, practicar, remixar, (re)apropiarse, conocer, dudar, criticar, encontrarnos, abrimos las puertas de nuestro querido Galpón F.A.C.E. deseando compartir esta enorme experiencia.
Se presentarán los trabajos de: Composición con la guía de Viviana Iasparra y Prácticas Escénicas Contemporáneas con Fagner Pavan y asistencia de Mauro Luno.
Diseño gráfico @zabalafrana
PH 📸 @u_f_0_
Ya escribí bastante sobre y desde F.A.C.E. (en concreto y en abstracto). Tengo mis cuadernos cerca ahora y papeles tan sucios como mi piso que con garabatos infantiles nombran el fuego, la necesidad de anclar a la realidad desde un sentido diferente, escribí oraciones que hablan de otro relato, del fin de la tragedia, palabras que me preguntan qué es ser una mujer, que nombran la bolsa infinita, la mente, la carne, el vértigo, hojas, hojas y hojas. Las acaricio, doy saltos entre párrafos, veo los subrayados, pienso en los pájaros y siento mis rodillas golpeadas por todavía no saber rolar al piso sin lastimarme.
¿Qué estoy haciendo?
Confieso: soy también un “yo”, un cuerpo que escribe.
Mi escritura es por capas y a veces dejo ver bastante poco. Nunca alcanza el tiempo para profundizar. Con ella narro una parte muy muy pequeña de mi experiencia emocional post apertura. Sí, dije “mi” escritura y “mi” experiencia. Soy un “yo” entrelazado, en vínculo, contagiado, afectado, inspirado, tocado por otrxs que escribe y no puede parar de hacerlo ni de cuestionar su sentido. Un “yo” solitario que se acercó al Taller de Prácticas Artísticas Contemporáneas para la Escena, guiado por Fagner Pavan con la asistencia de Mauro Luno. Un “yo” desorientado en preguntas. Este “yo” insiste en volver a Parque Patricios. Pese a la distancia y a los desafíos, con resistencias, con deseos en guerra, mi “yo” persiste. De norte a sur. Va y vuelve. Carga un corazón.
También “yo” escribe en relación a otros espacios de entrenamiento, a obras, a las Residencias Conti 12-24, a Silvio Lang, a Matías Bassi, a la historia de sus músculos. A veces escribe desde el recuerdo de lo traumático, desde la enfermedad, desde poner en duda la continuidad de sus amores, desde la certeza absoluta en la continuidad. Entre líneas quiere ocultar discusiones con varias voces, disfrazarse, desnudarse. A veces siente que otrxs lo aplastan y dejan sin espacio. Entonces “yo” escribe para limpiar. Jeza termina sucia y mojada.
“Yo” quiso transparentar, quiso redimirse. Calentar, enfriar, despertar, dormir, agradecer. Detrás de las letras, “yo” sueña vestirse con hojas y guarda lapiceras entre las sábanas. Los besos que no pude dar, los amantes que no pude estrujar escriben conmigo.
Mi obsesión por las palabras viene de lejos, pero este año una dimensión diferente apareció con insistencia: la Escritura observacional participativa. Algunas veces desde el margen de una sala de ensayo, algunas veces desde bastante más adentro. Como en F.A.C.E., insistí en volver y quedé extasiada de preguntas. Si me siento segura en un lugar, bajan las alertas, se abren las puertas del pecho y se ablanda el esternón de la realidad. Siento el abismo y resueno con las lecturas en grupalidad, me dejo tocar por otras voces. ¿Qué tan porosa puedo ser? Mi experiencia vital se enriquece, mi cuerpo cobra otras dimensiones, me transformo, desde la cercanía, el dejarme abrazar y abrazar. Las transformaciones de la carne suceden tibiamente y los pensamientos dilatan la experiencia emocional del tiempo.
Mi testimonio entrelazado a recuerdos brillantes con mis compañerxs tal vez no llegue lejos, pero mi pretensión es expansiva. Confieso la fuerza de mi debilidad: tengo el deseo de transformarlo todo. Y pensar en totalidad no es ser totalitario, ni creer que la realidad es estática. Las fuerzas sociales operan en movimiento. Lo que existe puede dejar de estar pero deseo que lo que late en F.A.C.E. viva para siempre. Tal vez existe un plano ahistórico al que también pertenezco anómala, salvaje e intrigante, perturbadora, desestabilizante, con contradicciones y paradojas. Y desde ahí también escribo.
Aunque parezca contradictorio (no voy a hablar de dialéctica) algo del pensar situado, de reforzar las relaciones de las palabras con lo que acontece (una clase, un ensayo, una obra, un lugar) hizo que mi deseo de futuro tome fuerza y que juegue con el hecho de creer que algo de mi escritura puede cuidar la continuidad, durabilidad y sustancia de las prácticas artísticas. ¿Será que estoy pudiendo pensar a largo plazo? ¿Puedo contribuir al despliegue de los procesos creativos de lxs artistas? ¿O “yo” escribiendo soy una fantasía? Este hilado de trabajo con palabras busca pasar la vida. Escribí “mi” escritura. El autor murió, Jeza está viva todavía. Detrás de la mezcla, del collage, de los nudos y huecos. Siendo parte de la red también existo mujer. ¿La autora tiene que morir? Tal vez necesito amar para qué mi “yo” muera y pueda resucitar otra vez.
¿Para quién escribo? ¿Mi carne es el relato?
Observar escribiendo a veces no es una cosa simple. Cuando estuve en las Residencias Conti 12-24 transcribí cientos de notas y las lecturas nunca parecían estar del todo conformes. No estoy hecha para complacer. Pienso escribiendo. Nada más.
¿Para quién escribo? ¿Mi carne es el relato? ¿El relato importa?
Estoy bastante vacía de teoría, pero nunca del todo. ¿La traducción de lo real puede ser mecánica? Estimo que no. Soy una mujer mayor que cree en esencias, en apariencias, en diferencias entre eso y aquello, que entiende algo de la muerte del autor, pero no puede creer del todo que lo que narra sea sólo porque funciona como antena, como catalizador, como bolsa colectora de testimonios y maravillas. Soy una red hecha de nudos, huecos, pelos. Pienso escribiendo, repito. ¿Nada más? ¿Dónde estoy? Sigo en mi casa con mi corazón en F.A.C.E.
También en otras salas, en cada rincón que me permita hundirme en lo asombroso con ojos de pregunta, quiero estar ahí. Donde pueda hacer gestos de aproximación y besar profundo las verdades.
Conectar con otros tiempos en el tiempo es lo que me permite volver a sentirme viva. Fui activada por una voz y quiero permanecer cerca, atravesar incomodidades, dejarme ver. Ahora estoy pensando en procedimientos concretos de entramado grupal. Fagner dio tiempo a las cosas. Para presentarnos, para aproximarnos, para que practiquemos el dejarse caer y ser sostenidx por otrxs. ¿Podrías confiar en que hay refuerzos? Si estás de pie y te dejás llevar por la gravedad y una ronda de humanxs a tu alrededor recibe tu peso, ¿te dejás caer? Animarse a ser manipulado por otrxs a veces no es tan sencillo. Entrega, confianza, riesgo, dijo Fagner. Jeza tiende al miedo.
Estoy pensando en mi carne afectada y afectante, un sábado a la mañana. ¿Qué estoy haciendo? ¿A quién le doy mi vida ahora? Pienso en Nada es gratis. Las reflexiones están devaluadas, sobre todo las mías. Pienso en Entre Paréntesis, en la preocupación por la sustentabilidad de la vida en el planeta Tierra de la cual sentí que me hablaban lxs intérpretes de la obra. ¿Hacia qué mundo estamos yendo? ¿Futuro cyborg? No sé cómo escribir esto sin que sea leído como reclamo, pedido o queja. Ya usé el 0-800-Dios para protestar por la repartición de las cosas y talentos en el mundo y sigo sin respuestas. Dejé de llamar. Sigo escribiendo. No puedo hacer otra cosa. Hojas de desayuno.
Volviendo a F.A.C.E. Me hubiera gustado mantener la regularidad semanal durante todo el año, pero no pude. Falté varias veces preguntándome sobre la intensidad de estar viva, sobre tener certeza de la muerte. A veces todo es demasiado. Sigo siendo una mujer de carne y hueso, tengo órganos. Intuyo que el caos esconde cierta estructura y que la regularidad es clave para su comprensión. No sólo escribo desde esta silla. El fuego viene de lejos.
Todavía creo que es importante la verdad (uso el plural si eso tranquiliza) y necesito más horas para leer, más horas para pensar, ¿y cómo hago para generar dinero a la vez? Requiero atención constante, a veces caigo en el hastío. Por suerte son más las veces que en F.A.C.E. reseteo, me olvido de mis 40 años y aprendo de la esperanza de lxs jóvenes para cuidar las ganas de seguir viviendo y cuidar. Por el rescate a mi esperanza, sigo agradeciendo. En Dean Funes 2142 abundan las personas comprometidas con la vida, que cuidan a sus integrantes, que abren posibilidades a los sueños.
¿Cuánto dura?
Profundizar en la exploración de una propuesta pedagógica, de una propuesta de vida, lleva mucha energía. Quiero seguir cerca el año próximo para seguir aprendiendo, ¿qué permitirá Milei? El paradigma impuesto de constituirse soldado al servicio del mercado es muy fuerte, mi necesidad también. Algo del mundo quiere llevarse mi fuerza vital. Coloniza mucho terreno de la mente, el mío a veces está cooptado. Cuando puedo dar cuenta de reflexiones y siento que eso me ayuda a oxigenar. El arte es para ricos, le decían a la niña enferma que quería bailar. Y vuelvo a pensar en mi abuela pobre, en la historia del dolor y la indigencia, en la cantidad de personas hacia atrás que padecieron la violencia estúpida de la materia y la tragedia de la desigualdad. Mi abuela a través de las lecturas pudo hacerse otra visión sobre lo real y encontrar alivio, consuelo, maneras de seguir, de transformar la oscuridad de la tragedia. Entre libros y tangos, escuchando, hablando, una parte del dolor se suavizaba. Otrxs dejan en remojo sus penas cuando se refugian en personas, música, compartiendo comidas. En Galpón hay muchxs migrantes, florece la diversidad cultural y sexual. Atravesando urgencias, un lugar en el mundo aloja. El galpón se hace casa, recibe, abraza.
Desde que me entregué a la existencia, me están pasando cosas maravillosas y quiero contagiar el entusiasmo, calmar los miedos con alguien más. Pero en un contexto de despidos, pobreza, indigencia, desde saber y experimentar el dolor de la humanidad, ¿puedo querer defender la felicidad? Escucho el cantar de los pájaros mientras sigo sintiendo la lluvia caer. Tengo la puerta abierta de mi casa y una bolsa infinita de preguntas. Tengo el cuerpo renovado por los permisos, por los abrazos, por las complicidades, por las miradas, por las sonrisas. Sí, a pesar de ser una señora mayor enfadada, me regalé un tiempo para trabajar con las limitaciones.
Tengo un perro, un gato, otros amores que cuidar. La gestión sustentable de la vida me desafía. Eso que no vivo en la calle, eso que tengo familia que me ayuda, eso que doy clases, eso que como todos los días. ¿Cuánto estrés recibe un cuerpo despedido? ¿a quién le estoy escribiendo? ¿de quién es el relato? ¿Soy una red de nudos y huecos que también quiere ser devorada y comida por otrxs? Tengo preguntas, soy una pregunta, a veces quiero una respuesta.
¿Puedo bailar y hablar a la vez? ¿Puedo tener un grado de presencia proyectado que cambie la trayectoria de las narraciones humanas? ¿Es delirante creer que como ser singular quizás pueda generar un efecto, una resonancia que baile y fluya para bien, que genere conciencia? Me han pasado cosas extraordinarias, ¿es válido el testimonio de un cuerpo que escribe? ¿Las ideas de dónde salen? Para conocer hay que ensuciarse las manos. Cada vez más honda la aventura del vivir. Pronto vuelvo a Parque Patricios. Quiero agradecer los mimos de Amanda, las palabras de Carlos, los guiños de Lautaro, la paciencia de Bruno, el tiempo otorgado por lxs intérpretes de Nada es gratis y de Entre Paréntesis, a las inspiraciones renovadas y a la posibilidad de estar. Quiero recuperar el valor del encuentro, aunque ya se escribió tanto sobre esto. Insisto.
No puedo hacer otra cosa. Si la vida importa, defenderla, reescribirla es mi propósito. Este tiempo transcurrido en F.A.C.E. me devolvió la esperanza en la humanidad, espero poder cuidarla. Los jóvenes que también me hicieron sentir incómoda con mi edad, me enseñaron a jugar y a reconocerme posible con canas. Espero no olvidar la alegría de abrazar. Hoy quiero defender la creación de la felicidad y algo de eso existe ahí, acá. Quiero volver a abrazar las palabras. Hay alguien que las cuida, riega, amasa, las limpia, baila, canta, llora. Alguien que escucha, toca, ilumina, musicaliza. Siempre hay alguien detrás de las cosas. Cuidemos la humanidad. "Estamos en riesgo de extinguir todo" (cito grafiti).
Tengo muchas hojas de notas, tengo recuerdos, tengo fotos, tengo sueños y quiero dejar de vivir corriendo. Necesito generar otro tipo de conocimiento, necesito parar ahora, seguir escribiendo después. Tengo mucho trabajo inventado para el verano.
Quiero volver a charlar con lxs artistas de Galpón F.A.C.E. Seguir en diálogo, encontrarme con quienes creen y crean el cuento de que la vida importa.
05 de diciembre, 10 am
Retomo el cuaderno unos días después para transcribir otras voces. Reviso, selecciono y vuelvo a escuchar algo de la charla que hubo para pensar el año de la formación, unos días después de la muestra. La escucha está filtrada por mis ojos, queda mucho en el margen para poder profundizar.
Rescato una pregunta de alguien del grupo. ¿Cómo nos sentimos? Cuenta que se juntaron a charlar sobre esto. Distintas voces, dan cuenta del trabajo de construcción de la grupalidad, del tiempo que lleva apropiarse del hecho de estar haciendo una formación, de la necesidad de tomar decisiones, de las dificultades que pueden aparecer al seguir las consignas. Las reflexiones sobre cómo aprender y desde dónde, dan cuenta del enorme espacio de acompañamiento a lxs alumnos. La insistencia de quien guía en el trabajo. Voces rescatan la contención, las diferencias entre los pedagogos. Hay escucha, hay celebración del material creado, de la conexión. Hay conversa sobre el cuidado de la grupalidad, hay compromiso de parte de lxs intérpretes. Se sigue pensando cómo fueron los contagios entre los trabajos presentados, la hermosura de la claridad en la mixtura de inspiraciones. De un solo, a un dúo, a lo grupal, trabajando las relaciones del cuerpo con el espacio. ¿Cómo es trabajar juntxs? ¿cómo es componer con otrxs? Remixarse. De la presentación de cada unx, cómo fuimos transformándonos para sumar herramientas en escena. ¿Cómo es concentrarse en el trabajo más allá de lo personal? ¿Cómo es el trabajo bastante horizontal? ¿Cómo relacionarse con los desafíos? Fagner rescata el trabajo en grupo como bandera principal de F.A.C.E. El arte como resistencia a la concepción del individuo liberal, ¿cómo son las reglas del arte? (Fagner sigue citando libros, el devenir con textualidades casi siempre presente es una de las cosas amadas por Jeza de este lugar, cita a Las reglas del arte de P. Bourdieu).
Se hace un pequeño recuento del trabajo del año. Primeras clases, dinámicas grupales, espaciales, después las presentaciones individuales y el tiempo de meses de trabajo que llevaron. Pensamos luces, espacialidades, vestuarios, lo híbrido como parte esencial de la propuesta, dejar ver la diversidad y cómo esa multiplicidad nutrió la composición final. Mucho acompañamiento a las pasiones, acompañamiento a la hora de hacer tangible la idea, aprender a dejar algunas atrás, hay escucha, hay devoluciones personalizadas, hay trabajo amoroso.
Jeza rescata algo del trabajo de hilado colectivo, escuchando y transcribiendo. Busco escribir un final abierto a la continuidad. Podría seguir escribiendo, pero queda para otra publicación. Infinitas gracias a Mariné que permite también que estas páginas puedan existir circulando. A veces me pregunto sobre la intensidad de estar viva, sobre tener certeza de la muerte. ¿Mi corazón está atado a Galpón F.A.C.E.? Quiero libertad, ¿soy esclava o dueña de mis cadenas afectivas? Cuando tengo dudas sobre el sentido de mi continuidad, le pido palabras a lxs compañerxs en relación a la experiencia de este año, dijeron: descubrimiento - búsqueda - resorte - visceral - travesía - tesoro - desafíos - sensibilización - entrelazar - presente - metamorfosis - expansión. Aquellos segundos que aparecieron entre pedir las palabras y recibirlas, ser testigo de esa búsqueda, atesorar el momento infinito, ver a la singularidad pensando, los tiempos dentro del tiempo. Por esas microsituaciones cargadas de vida, siempre gracias a ellxs, a F.A.C.E., al amor por las creaciones. Vida es continuidad.
Dejo de escribir (en el teclado), me voy con la pregunta con la que empecé el recorrido en el Taller de Prácticas Contemporáneas. ¿Quién soy? Un cuerpo deseante que escribe y baila entre las hojas. Igual ya no importa mi definición. “Yo” tal vez necesita amar para morir. Importa más la entrega, el fuego, la resurrección.
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1) Cito textos trabajados durante el año. Francis Bacon: Lógica de la Sensación de Gilles Deleuze. La teoría de la bolsa de la ficción de Ursula K. Le Guin. Esferas de insurrección: Apuntes para descolonizar el inconsciente de Suely Rolnik. ¿Qué es lo contemporáneo? De Giorgio Agambem. Articular diálogo en el devenir con esos autores fue parte de lo sostenido durante el año en el Taller de Prácticas Contemporáneas para la Escena dictado por Fagner Pavar, con asistencia de Mauro Luno
2) Seguir dialogando con las lecturas propuestas. En este caso con La teoría de la bolsa de la ficción de Ursula K. Le Guin:
3) Escribí otro texto (una de las dos co-producciones de GALPÓN F.A.C.E): ENTRE PARÉNTESIS del Grupo Late. Un conductor de Trenes Argentinos recuperados vuelve al año 2024 del cristianismo para guiar al público hacia un viaje espaciotemporal que invita a reflexionar sobre las condiciones del presente en relación a futuros posibles.
4) Pregunta escuchada de Marie Bardet, ya no me acuerdo en qué taller, citar la cita de la cita de la cita de la cita a veces es agotador.
5) Participando en este 2024 como alumna del Taller de Prácticas Contemporáneas para la Escena de Fagner Pavan. Este año me tomé en serio el juego de la eterna aprendiz. Pero la escritura observacional me pide cierto margen, cierta distancia con el hacer para poder mirar desde otro punto de vista. Desde tan adentro, no pude practicarla en su versión más objetiva. ¿Esto importa?
6) Sigo dialogando con La teoría de la bolsa de la ficción de Ursula K. Le Guin.