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De trazas, memoria y remembranzas: Sobre “Un cielo oscurecido y otros cuentos” de Marta N. R. Casal

Actualizado: 30 jul


(…) ¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo! He dicho ya lo amado y lo perdido, trabé con cada sílaba los bienes que más temí perder. A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía, retumban, se propagan como el trueno unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad. Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía. Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca en este mundo con esta sola boca?


Olga Orozco, Con esta boca en este mundo (fragmento), 1994.



 

Un día y mil noches: cuatro octavas arriba de la media.



Leer Un cielo oscurecido y otros cuentos es atravesar una alborada con las manos, es sentir que el viento es tifón y éste, a su vez, una borrasca o pararrayo. El agua un recuerdo del agua y ésta un recuerdo de sí misma. Todo eso, sí. Un -yotodo- (parafraseando a Ángela Melim), que nos (re)tiene en un constante estado de urbanismo, porteñidad, cuadros a medio pintar (pero no por eso incompletos), entretejidos con recuerdos, anécdotas (que suponemos reales), ríos sin curvas ni meandros, calles sin litoral y (¿por último?) voces con deseo de ser signo de ángulos, arterias, derivas y desvíos.


 




La escritora nos traslada con sus diecisiete cuentos por distintas paradas de un viaje que, aparenta no tener fin ni destino y, si lo tuviese, suponemos que este sería uno de final abierto, de un atravesar la puerta para, finalmente, comprender que hay más allá del limbo...




 


Paréntesis: de caracteres, rubores y fandangos.



Mata su luz un fuego abandonado. Sube su canto un pájaro enamorado. Tantas criaturas ávidas en mi silencio y esta pequeña lluvia que me acompaña


Alejandra Pizarnik, Despedida, 1965.





pH y edit: Mariné Amestoy



 

La segunda mitad del libro nos encuentra subsumidos en una suerte de humana más que humana “travesía porteña y retratista”. Como si en los cuentos que vamos leyendo hubiese (algo) del adjetivo profano de la existencia, nuestra, tuya, mía, mía, mía. Y es, justo allí, donde escuchamos latir tanto el corazón más desguarecido como uno de amianto (si se nos permite la metáfora).





 


Personajes que dialogan con, entre, a través de su(s) soledad(es) estableciendo una ¿ficción? que bien podría ser venida del movimiento de la nouvelle vague, si se tratase de cinematografía, y no de literatura. Este es un libro que abunda en narraciones que con-llevan a múltiples reflexiones filosóficas costumbristas y, a su vez, recónditas, hondas e insondables.



 


pH y edit.: Mariné Amestoy


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Palabras (casi) finales: mujer, magnífica y de cielo oscurecido llamada Tambutti



La escritura no es en modo alguno un instrumento de comunicación, no es la vía abierta por donde sólo pasaría una intención del lenguaje. Es todo un desorden que se desliza a través de la palabra y le da ese ansioso movimiento que lo mantiene en un estado de eterno aplazamiento.


Roland Barthes, El grado cero de la escritura, 1953.



 


En la cuenta regresiva, hacia el fin del fin, nos encontramos con todas las preguntas y todas las respuestas (asoleándose) en un espacio al que no le sobra un solo centímetro de expectativas puestas en valor entre la lógica y la ontología. En definitiva, con la vida en sí misma.

En palabras de la gran Virginia Woolf:


Cuando piensas en cosas como las estrellas, nuestros asuntos no parecen importar mucho, ¿verdad?









 

Gran libro.

De recorrido amable, sereno y reflexivo.

Lean, leamos, léanlo.





 

Mi ropa en el cuarto

era ausencia

presencia

letra

y (también) silencio.

Mientras adentro

(el alma)

se (me) deshacía en diamantes

y en imposibles rojos, azules y verdes.


Mariné


 


UN CIELO OSCURECIDO Y OTROS CUENTOS. Casale, Marta. N. R, Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Dunken, (2023), Fotografía de tapa: María Zuretti, de su colección Ciudades Nocturnas.








 

Sobre la autora: Marta N.R. Casale es docente, investigadora y crítica de cine, teatro y televisión. Licenciada en Artes Combinadas y Profesora de Filosofía, tiene publicados numerosos artículos sobre su especialidad en libros y revistas del ámbito académico, tanto a nivel nacional como internacional. Forma parte desde el 2003 del Instituto de Historia del Arte General Argentino y latinoamericano (Facultad de Filosofía y Letras, UBA). Edita, desde hace más de diez años, la Revista Digital El Espectador compulsivo, dedicada a la crítica de producciones recientes, sitio reconocido por los Premios Teatro del Mundo entre los mejores de su rubro en 2018.


Un cielo oscurecido Casal



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Bio

Ella es Mariné o Marina Amestoy, directora y fundadora de Revista Mariné.

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