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"Un Viaje Metafísico entre el Tiempo y la Celebración": Sobre "23:59"del grupo LALALÁ.
Actualizado: 2 ago
No reímos porque somos felices, sino que somos felices porque reímos.
Baruch Spinoza
PH Y Edit.: Marina Amestoy
La obra performática 23:59 del grupo LALALÁ es mucho más que un simple montaje escénico; es un viaje profundo hacia los instantes previos a la medianoche, donde el tiempo parece detenerse para reflexionar sobre su propia fugacidad. Esta reseña, inspirada en la cita de Spinoza que sugiere que nuestras emociones no son solo reacciones, sino también generadoras de experiencias, hace que 23:59 se constituya como un testimonio de esta transformación: un espacio donde la celebración se convierte en contemplación, y el ritual festivo en una meditación sobre el significado del tiempo y la existencia.
PH Y EDIT.: Marina Amestoy.
Desde el primer instante, la escena se transforma en un microcosmos de festividad y simbolismo. Las serpentinas brillantes y el papel picado desgarrado adornan el espacio, creando una atmósfera efímera que evoca tanto la euforia de una fiesta como la melancolía de lo fugaz. Los fuegos artificiales estallan como piñatas, mientras los participantes bailan en un ritual que parece trascender lo meramente festivo. Pero 23.59 va más allá de la mera representación visual y sonora. La obra se adentra en un terreno filosófico y literario complejo, donde cada elemento escénico es una metáfora cargada de significado. La pregunta implícita sobre qué celebramos en realidad cuando marcamos el inicio de un nuevo año resuena en cada movimiento y en cada gesto de las performers.
El grupo LALALÁ no solo compone escenas, sino que articula distintas capas de análisis que se transforman en nuevas narrativas sensoriales. Esta capacidad para fusionar influencias filosóficas y literarias, desde el pensamiento de Peirce hasta la profundidad conceptual de Borges y Spinoza, eleva la obra a un nivel de contemplación existencial.
Las imágenes, como sostiene Aby Warburg, son fragmentos de historias culturales que persisten y se transforman a lo largo del tiempo, resonando en el inconsciente colectivo y provocando reflexiones sobre nuestra identidad y destino común. En 23:59, estas imágenes se convierten en una suerte de collage emocional, donde la celebración y la introspección se entrelazan de manera intensa y conmovedora.
Los afectos según Spinoza se entrelazan con percepciones visuales y auditivas que impactan profundamente al espectador. La experiencia teatral no se limita a lo estético; es una provocación intelectual y emocional que oscila entre el desconcierto y la revelación. El terror ante lo desconocido y la emoción ante lo trascendental se entrelazan en un espectáculo que desafía las convenciones teatrales tradicionales. En su clímax, 23:59 nos invita a contemplar el abismo entre la vida y la muerte, entre el pasado y el futuro, sugiriendo que cada celebración es también una reflexión sobre nuestra propia existencia y el misterio del mundo que habitamos. Spinoza nos enseña que nuestras emociones y percepciones no son separadas del mundo, sino que están intrínsecamente conectadas a él, influenciando y siendo influenciadas por las fuerzas que nos rodean.
Podría decirse que, con esta obra, el grupo LALALÁ ha creado un testimonio artístico que cautiva, emociona y deja una profunda huella en quienes tienen el privilegio de presenciarla. Es una invitación a celebrar no solo el tiempo que pasa, sino también la experiencia transformadora que surge cuando nos enfrentamos al significado (último) de nuestras vidas.
IMPERDIBLE.
23:59 de LALALÁ. INTÉRPRETES: Astrid Gomez Grosschadl, Aimé Ibaldi , Pamela Melina Juri Dayan, Florencia Novo, Macarena Orueta, Emilia Clara Pujadas. CREACIÓN: Grupo Lalala. DISEÑO SONORO: Astrid Gómez Grosschadl. DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Federico Leyenda. FOTOGRAFÍA: Iván Pujadas Desperes REALIZACIÓN DE VIDEO: Tutupa Studio. DISEÑO GRÁFICO: Belén Otero. MAQUILLAJE: Natalia Santillán. ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: Daniela Muñiz, Natalia Santillán. PRODUCCIÓN ARTÍSTICA: Daniela Muñiz, Emilia Clara Pujadas.
DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA: Aimé Ibaldi.
Domingos de junio 18 has: Belisario Club Cultural.
