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Matías Mansilla

"Vidas secas (2024 [1938])" de Graciliano Ramos – Mil Botellas Editorial.


 



Graciliano Ramos, autor de VIDAS SECAS

Graciliano Ramos nació a fines del siglo XIX en la región del nordeste de Brasil. Con una

vida por demás interesante –destacando su labor periodística, su desempeño como

funcionario público, su tiempo en la cárcel durante el gobierno de Getulio Vargas y su

vínculo con el partido comunista hacia mediados de los años 40–, Ramos se consolidó

como un clásico de la literatura brasilera y un exponente clave de una corriente en la que

se puede integrar a otros autores latinoamericanos como Juan Rulfo o José María Arguedas. Varias de sus obras más importantes tienen como escenario al nordeste de Brasil, este es el caso de Vidas secas, de 1938.


 

A modo de nota personal, debo decir que no conocía al autor hasta mi encuentro con esta traducción de Sara J. Iriarte. Sin embargo, había leído antes a Rulfo y Arguedas por lo que, si bien es cierto que Ramos se me presentó como todo un descubrimiento, hay temas y recursos literarios que me hicieron sentir una sorpresiva familiaridad con el texto.


 



Vidas secas cuenta la historia de una familia que, en su intento por huir de la sequía, se instala en un rancho en el sertón, región nordeste de Brasil. A partir de allí, toda la historia es un retrato de la pobreza y de la dureza de la vida rural en aquella región. El devenir de la familia es articulado por Ramos con una narración del padecimiento que recuerda a El llano en llamas de Rulfo y a Agua de Arguedas. Al igual que en aquellos libros, en Vidas secas se presenta una vida rural desromantizada y brutal. Mientras, los personajes son presentados como gente vencida y resignada ante la pobreza, la injusticia y la violencia. Esa resignación es un rasgo clave que cruza de alguna forma a todo aquel que forma parte de esta historia.



 

Fabiano, quien aparece como el hombre de la familia, es el principal exponente de este rasgo, a la vez que el protagonista de la novela. Durante la mayor parte del tiempo, veremos la historia pasar por sus ojos, experimentaremos la naturaleza árida del sertón y conoceremos la injusticia de la mano de personajes como el patrón o el soldado amarillo. Por otro lado, algunos capítulos nos pondrán en los zapatos de los hijos de la familia y de doña Vitória, la madre de los niños y esposa de Fabiano.



 

Desde la imaginación inocente del hijo menor, hasta la curiosidad y obsesión del mayor con la palabra “infierno” –que escucha de la boca de la curandera local–. Así como desde la ira y frustración de Vitória, hasta su paciencia y fortaleza. El libro termina combinando todas las perspectivas de la familia para construir una constelación de experiencias padecientes que forman un retrato de época en donde resaltan el lenguaje y las costumbres de los personajes. En esta línea, el final de cada capítulo desnuda a los personajes principales haciendo que cada parte de esta constelación tenga su propio relieve claro y concreto –dando solidez incluso a la experiencia de Baleia, la perra de la familia–.



 

Por último, uno de los elementos que crece a lo largo de todo el libro, solo para revelarse con toda fuerza hacia el final, es la esperanza como contrapuesta a la resignación. La fuga final de la familia confirma el hecho de que la muerte, la nostalgia y el amor son elementos inseparables en la novela. La nostalgia que condena a la muerte, a la injusticia y la sequedad, está en directa contraposición con el amor entre los miembros de la familia y con la esperanza –sobre todo de Fabiano y Vitória– de una vida mejor.



 

Acá, la forma en que aparece esa nostalgia es casi invasiva, dolorosa. Se cuela en la narración de los hechos de manera que se presenta como una maldición –es lo que pasa cada vez que Fabiano o Vitória evocan la figura de otro propietario, el culto y bueno de don Tomás, solo para posteriormente sentirse inferiores–. De esta manera, en el oscuro capítulo final, la novela presenta una forma de vencer la nostalgia y el dolor del desarraigo a partir de la esperanza, el augurio de una vida mejor. Se trata de una esperanza que no deja de ser algo incierto pero, para esta familia, es mejor que la nostalgia que los encadena a un padecimiento que amenaza con perpetuarse y alcanzar a los hijos. Lo que perdura, entonces, es el anhelo de alcanzar la ciudad y con ello la posibilidad de un futuro mejor capaz de mitigar el dolor. Sin dudas una novela de increíble profundidad, que pone en tela de juicio las ideas sobre la cultura, lo culto, la justicia, la ciudad y lo rural. Mientras, elabora un retrato de su época y explora la humanidad que hay en el hecho de luchar contra la resignación.


 


Graciliano Ramos, leyendo su libro: VIDAS SECAS.
Graciliano Ramos, retrato.

 

Una novela que deberia figurar en el Antiguo Testamento.

— Manuel Rivas

 

Ramos busca el hueso de la lengua: alli donde el silencio se aproxima a lo real.

— Mariana Travacio



 

Vidas Secas. Graciliano Ramos.

  • Fecha de publicación original: 1938

  • Autor: Graciliano Ramos

  • Géneros: Novela, Ficción

  • Editorial Mil Botellas.

  • Disponible en: Tienda de Libros Mariné

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